Flores: Margarita
Nombre científico: Chrysanthemun Leaucanthemum
Nombre común: Margarita común o chiribita
Altura: De 15 cm hasta 1 metro
Características
Esta planta herbácea perenne de origen europeo es parte de la familia de las flores Asteráceas.
La planta de las margaritas cuenta con un buen tamaño y pueden formar con sus tallos individuales grandes plantas. Los tallos de esta planta son alargados y además son delgados. En estos se encuentran las hojas que son alargadas y tienen como rasgo ser dentadas. Así mismo son de color verde en un tono muy oscuro.
Las margaritas poseen flores de mediano tamaño las cuales poseen un centro que es en color amarillo y los pétalos pueden presentarse tanto amarillos como blancos.
En cuanto a los usos de estas plantas están como elementos decorativos y también para sembrar en los jardines. En el caso de sembrar se recomienda hacerlo con semillas y en la época de primavera.
Además de esto esta planta requiere de cuidados como un buen regado del suelo y también se recomienda elegir tierra de tipo arcilloso para su cultivo. Necesita buenos nutrientes por lo que es bueno dar un abono orgánico a la tierra. También requiere buena luz solar.
El florecimiento de esta planta es en los meses de primavera o también puede darse en la época inicial del invierno.
Significado de las margaritas
Si bien son variadas las especies de margaritas que se pueden encontrar, por lo general su significado es el de la inocencia. En el caso de las margaritas blancas pueden usarse para expresar un amor lleno de pureza.
Cómo cuidar margaritas
Las margaritas crecen habitualmente durante los meses de verano. El terreno idóneo para estas plantas se caracteriza por ser seco y abierto, pero esto no quiere decir que no puedan cultivarse en el interior del hogar. En estos casos, es preciso llevar a cabo una serie de cuidados y medidas para estimular su desarrollo.
En general, las margaritas precisan de una iluminación adecuada y un riego periódico con agua calcárea. Para su cultivo, se debe esperar hasta la primavera, especialmente durante los meses de abril y junio. En esta etapa, el crecimiento de esta planta es más adecuado para su adquisición en tiendas de jardinería. En el caso de que se desee obtener margaritas a partir de sus semillas, el período más indicado se enmarca entre los meses de marzo a abril.
Dos años tras su plantación, tomará lugar la floración de nuestra margarita, un suceso que ocurre entre junio y julio. Si bien se trata de una planta bastante adaptable, es preciso contar con un suelo bien drenado y abundante luz solar. Raras veces se requerirá el uso de fertilizantes, si bien lo más importante es regarlas con frecuencia, sin llegar a saturarlas.
Para su cultivo en interior, las margaritas deberán recibir como mínimo unas cuatro horas de sol al día, recomendándose además una separación de 15 centímetros entre cada planta para que puedan ventilarse adecuadamente.
Cómo podar margaritas
La poda de las margaritas es un aspecto importante como parte de su cuidado y conservación. Para ello debemos tener en cuenta lo siguiente.
Para un mayor follaje: Cuando arribe la primavera y las margaritas alcancen una altura de 10 a 15 cm (4 a 6 pulgadas), es una buena práctica podar los nuevos crecimientos en aras de que la planta produzca nuevos follajes en los nodos de las hojas. En la sección central de la margarita repetiremos el mismo procedimiento en aquellos brotes que hayan superado los 10 cm de longitud (4 pulgadas).
Para prolongar el tiempo de floración: En este caso, nos centraremos en retirar las flores más viejas una vez que han comenzado a marchitarse, con el objetivo de que la planta se vea forzada a generar nuevas flores para reemplazar las viejas. Ubicaremos el corte de la flor en la serie de hojas más próxima, justo donde se generan los nuevos brotes.
Cuando cese la floración: En este período, repetiremos la poda de la margarita a unos 10 o 15 centímetros (4 a 6 pulgadas) con respecto al suelo. Esto nos permitirá alargar la floración hasta la llegada del otoño, aunque generalmente los segundos brotes no serán tan frondosos como los primeros.
Durante el otoño: Procederemos a podar nuevamente la margarita con respecto al suelo, cubriéndola además con un mantillo de hojas secas o paja de alrededor de 10 centímetros (4 pulgadas) de grosor. A la llegada de la primavera, removeremos el mantillo para dar paso al crecimiento de la planta.
Tipos de margaritas
Actualmente, se reconocen más de 20 000 especies diferentes de margaritas. Estas plantas, pertenecientes a la familia de las asteráceas, rivalizan con las orquídeas por el mayor número de especies que existen en nuestro planeta. No obstante, listaremos a continuación las cinco variedades más populares y conocidas de margaritas, muy frecuentes en los jardines y huertas.
Equinácea purpurea: Su rasgo principal es que pueden alcanzar fácilmente los 120 centímetros de altura. Además, pueden ser reconocidas por sus pétalos hermosamente decorados con un color púrpura intenso. El botón central de estas margaritas, se hace acompañar además por una serie de flores pequeñas que la aportan una vistosidad sin igual. La Equinácea purpurea es oriunda de América del Norte.
Margarita gerber: Un centro oscuro y una serie de pétalos con tonalidades brillantes en sus extremos son las características que comparte la margarita gerber con el resto de las plantas bajo la misma familia. No obstante, se trata de una planta extremadamente frágil. Su belleza ornamental hace que forme parte de numerosos arreglos florales en bodas y celebraciones. En cuanto a su distribución, abarca las regiones de Asia, Sudáfrica y Madagascar.
Margarita gigante: Como su nombre indica, son flores de tamaño considerable, caracterizadas además por un color blanco típico en su floración, que contrasta hermosamente con un botón amarillo. Las margaritas gigantes son fáciles de cultivar, pero para ello, se necesitará disponer de abundante luz solar o un ambiente de semisombra, y para el suelo, se requiere de un sistema de drenaje adecuado para mantener la humedad.
Magarza: De nombre científico Argyranthemum frutescens, la magarza es oriunda de las Islas Canarias, y sus pétalos pueden abarcar varias tonalidades que van desde el blanco puro hasta el rosa o el amarillo. Un suelo fertilizado y drenado es esencial para el desarrollo de esta planta, además de abundante luz solar y riego periódico (se marchita con facilidad). A la par de sus fines ornamentales, se conoce también que guarda propiedades curativas.
Rudbeckia: Su color rojo oscuro en el centro combina a la perfección con tonos amarillentos más leves en su extremo, lo que le aporta un aspecto general sumamente hermoso. Generalmente, la rudbeckia alcanza una altura entre 0.5 y 3 metros, necesitando para ello un ambiente soleado y drenado. Su gran resistencia la hace idónea para ser cultivada en jardines y huertas caseras.
fuente: http://www.florespedia.com/margaritas