Flores: Corona de cristo
Esta planta debe sus nombres comunes a las espinas de sus tallos, algo que dio origen al mito de que esta fue la especie utilizada para armar la corona de espinas llevada por Jesucristo al momento de su crucifixión.
Aparte de espinosa, la Euphorbia Milii es un arbusto ramificado, leñoso y trepador que puede alcanzar una altura de entre 1.5 metros y 2 metros, con tallos que finalizan en una roseta de hojas verdes que suelen caerse cuando se someten a temperaturas muy bajas.
Las flores son pequeñas y poco visibles, aunque las hojas modificadas (brácteas) de colores vivos que se encuentran justo debajo de las flores son muy atractivas. La mayoría de los ejemplares de esta planta presentan brácteas de color rojo sangre, aunque existen otras variedades que las tienen de color amarillo, blanco o rosado.
Por lo general, estas floraciones pueden estar presentes durante todo el año, aunque en algunas zonas sólo se dan en primavera y verano, condicionadas por los factores climáticos y ambientales.
La Corona de Cristo es de fácil cultivo, pudiendo crecer tanto en semisombra como a pleno sol, aunque esta última ubicación es la que más la ayuda a aumentar el número de flores.
En cuanto a requerimientos de suelo, esta planta suculenta necesita crecer en una tierra con buen drenaje, que no retenga demasiado la humedad, similar a la que se utiliza para los cactus.
La propagación de la Euphorbia Milii puede hacerse mediante la técnica de esquejes, los que deben cortarse durante las estaciones de primavera o verano y luego se entierran en contenedores cuyo contenido esté compuesto por partes iguales de vermiculita y perlita.
Corona de Cristo: Cómo ayudarla a superar el invierno
Esta especie puede verse afectada por las temperaturas cercanas a los 0 grados centigrados, llegando a perder las hojas en invierno, aunque si se la ubica contra una pared puede aguantar bien el paso de los fríos invernales, siempre y cuando el sustrato no contenga demasiada humedad, algo que puede ser mortal para la planta.
Debido a sus espinas y a que posee un látex venenoso, es recomendable evitar el contacto con piel y ojos, y ubicarla en lugares fuera del alcance de niños y mascotas. Afortunadamente, su savia irritante y cáustica es la que también la protege de las plagas